Los pueblos siempre han sido cuna de los cuentos.
Atrás queda en el recuerdo la imagen de las personas agrupadas en las puertas de las casas contando avatares, historias y anécdotas que pertenecen al imaginario colectivo. Compartir la palabra a la luz de la luna o de las farolas. Tenerla como vínculo.
Este proyecto nace del vínculo personal que cada uno nosotros tenemos con un pueblo, con la palabra contada y con las ganas enormes de avivar la tradición oral para que prevalezca a lo largo de las generaciones.